Esto ya es casi cosa de chiste, y de chiste de baturros, para acabarla de amolar. Los agricultores en la provincia de Soria están acusando a los meteorólogos de la provincia de Zaragoza (al otro lado de la montaña) de robarse las nubes.
Resulta que en Zaragoza no quieren que las tormentas invernales formen granizadas que puedan afectar sus cosechas, y para evitarlo, agarran unos aviones llenos de yoduro de plata y riegan las nubes antes de que empiece a llover. Dicen que el yoduro de plata evita que se formen granizos grandes. Pero lo que también hace el yoduro de plata (lo repito porque me encanta cómo suena: yoduro de plata… yoduro de plata… mmmmm qué rico) es adelantar la lluvia, acelerando la condensación del agua allá arribotota. Y entonces las nubes se ponen a vomitar sobre Zaragoza y para cuando llegan a Soria, ya no son más que recuerdos de sí mismas.
¡Jolines! Y los campos sorianos están llenos de polvo.
Mientras tanto, en el norte de Alemania, donde a estas alturas del invierno deberían estar bajo por lo menos medio metro de nieve, viven primaverales quince grados. En Nueva York hay árboles en flor. En Alaska se están muriendo los osos polares.
Y en Zaragoza andan regando yoduro de plata por el cielo.
Mi abuela decía que nadie está más loco que el vecino. Claro que todos somos vecinos de alguien, así que… ya nos cargó flautas.
Resulta que en Zaragoza no quieren que las tormentas invernales formen granizadas que puedan afectar sus cosechas, y para evitarlo, agarran unos aviones llenos de yoduro de plata y riegan las nubes antes de que empiece a llover. Dicen que el yoduro de plata evita que se formen granizos grandes. Pero lo que también hace el yoduro de plata (lo repito porque me encanta cómo suena: yoduro de plata… yoduro de plata… mmmmm qué rico) es adelantar la lluvia, acelerando la condensación del agua allá arribotota. Y entonces las nubes se ponen a vomitar sobre Zaragoza y para cuando llegan a Soria, ya no son más que recuerdos de sí mismas.
¡Jolines! Y los campos sorianos están llenos de polvo.
Mientras tanto, en el norte de Alemania, donde a estas alturas del invierno deberían estar bajo por lo menos medio metro de nieve, viven primaverales quince grados. En Nueva York hay árboles en flor. En Alaska se están muriendo los osos polares.
Y en Zaragoza andan regando yoduro de plata por el cielo.
Mi abuela decía que nadie está más loco que el vecino. Claro que todos somos vecinos de alguien, así que… ya nos cargó flautas.
Yoduro de plata… ¿Me estaré albureando?
4 comentarios:
Y yo que creía que los delirios paranoicos del Peje o del Agente Mulder (El de los Expedientes X,para los que no saben qué rollo).
Ya veo que hay otros que también gustan de sumergirse en las oscuras aguas del compló. Ajúa.
¡¡¡Eso de robarse las nubes suena tan poético!!!
Claro que lo del Yoduro de Plata le quita lo bonito...
Saludos
Que belleza fué haber leído "como robarse el cielo", de ahora en adelante lo pondré en práctica para ver si lo puedo regalar a alguien y que me vaya mejor en el amor.
Pues cada quien entiende según sus traumas. Yo, Greenpeaciano de corazón, solo leía y veía el yoduro de plata (sí, es adictivo decir yoduro de plata) por los aires, por tu comida, dentro de tu cuerpo, y veía la erosión de otros suelos. :S
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