lunes, enero 22, 2007

De por qué el Silencio tendrá que esperar

Juro que tenía la mejor intención de completar hoy la diatriba del silencio, pero ando escupiendo el pulmón a golpes de tos y vaciándome el cerebro a estornudos. Si Sasha tiene razón y los fluidos que salen tienen que salir, me merezco una medalla, qué forma de expectorar la mía. Al rato voy con el oto a ver qué drogas sabrosas me receta para esto que ya de gripe pasó a ser una reverenda monserga. Es la primera vez que no duermo en un fin de semana y no lo disfruto. Mecachis, ni las peores crudas de mi vida se comparan, me cae.

Los vicios del silencio tendrán que esperar, pues, a que me deje de reventar la cabeza.

PD: Tampoco se adelanten con el concurso de epitafios, no los pienso usar (todavía)

3 comentarios:

Paco Reyes dijo...

Esto me trajo lindos recuerdos de mi adolescencia cuando me enfermaba de tos y tenía que faltar a la escuela porque al tercer día empezaba a escupir sangre mientras tosía, además que ninguna pastilla me hacía efecto y me tenían que tratar a base de baños de vapor, inhaloterapias, tés de mil plantas medicinales y puro caldo de pollo porque todo lo demás lo escupía. Regresaba a clases dos semanas después con 5 kilos menos. Era lindo.
Antes para bajar de peso bastaba con que me diera tos. Ahora ni metiéndome el dedo. Pues en la garganta, dónde va a ser?

Paco Reyes dijo...

Por cierto, espero que te recuperes pronto y estés acá en totalidad de condiciones.
Epitafio... pues no. Qué pena, ya hace falta comer café con tamales. Será para la otra.
Un apapacho y cúbrase, hay si necesita algo, avise.

Alejandro Bejarano dijo...

A poco no es bien rico ponerse un viaje con antigripales.

Y Chale, si, saca esos fluidos que debas sacar (nomas los que debes de sacar, los que quieras sacar, aguantalos)

Y sobre el epitafio, tengo alrededor de 90 listos, sin nombre, así que me aguantaré las ganas de buscar cuál te queda más.