Todas mis caras, ahora en cartelera

Lloro cuando estoy feliz, lloro cuando estoy triste, cuando me desilusiono, cuando un niño de la calle me pide una moneda, lloro cuando oigo la rola de La Muñeca fea de Cri-Cri, lloro cuando leo el Principito, lloro cuando me enamoro de un poema. Pero no sólo soy un tipín llorón, también soy un psicópata en ciernes que fantasea con más de un delirio enfermo que seguro quedará en eso: una fantasía privada que seguro he de llevarme a la tumba. Por si la anterior mezcla no fuera suficientemente exótica, también soy un chico trendy que no sale si no combina a la perfección atuendo y accesorios y su cabello no luce genial (y aquí es cuando Rouge le hace muecas a mi cabello planchado).

En fin, la cosa viene a colación porque el día de hoy fui al cine y me topé con una cinta que me provocó sendas cataratas oculares (por supuesto que no me refiero a la enfermedad en la visión, sino a lágrimas). Elsa y Fred es una cinta muy bien lograda, historia que seguramente a más de uno le dejó el corazón en calidad de ciruela pasa, arrugado y chiquito.

Y aclaro que no es una patética cursilería creada expresamente para hacer llorar, es una película que sin caer en el tono de los libros de autoayuda, nos hace recordar la importancia de conservar el talante fresco y un corazón adolescente. La peli, filmada en España, Argentina y Roma, es una apología al amor y a la locura, engarzados como una entidad indisoluble capaz de toda transgresión. Aquí el trailer de la cinta:



Ahora que si quieren algo con menos arrumacos y manitas sudadas y con más "Punch" psicológico, no duden en ver Hard Candy; Niña Mala como le pusieron en español. Admito que entré a la sala en una de esas ocasiones que dices: "Es cuarto para las 5, la película empieza a las 4:50, ¡perfecto!" y viendo que no se trata de un churrazo de Van Damme le das el beneficio de la duda y compras los boletos.

Un afortunado churro fue el descubrimiento de Hard Candy, una historia que al comenzar pinta como una Lolita ultramoderna en los tiempos del chat y de las perversiones online, pero que conforme se va desarrollando se convierte en una fabulosa demostración de que no todo es lo que parece y que los escritores y directores todavía pueden brindarnos sorpresas.

Para que vean que soy rete generoso, les dejo también el trailer: (ignorad que está doblado al castellano de España, ¡coño!)



Por último, la sugerencia que no podía pasar por alto: El Diablo Viste a la moda. Seguramente no es necesaria la recomendación porque ya hay publicidad de la película hasta en los mingitorios, pero es que de no invitarlos a verla estaría incurriendo en una grave falta. Meryl Streep, impecable en una cinta que retrata esa tercera faceta mía, la obsesión por las tallas, por un atuendo Trendy y por esa decisión entre ser el chico de las letras o el que vende su alma al diablo por vivir al estilo Prada.

También está el trailer, por supuesto, subtitulado en chino para los que no entienden inglés, juar juar.



Así que ya saben, ahí están tres de mis lados más importantes para ser disfrutados en cartelera, tres excelentes opciones que disfruté por igual pero de distinta forma. No me queda más que decirles ¡Provechín!

Nota: Hoy mi yeso fue removido, si quieren saber detalles no está de más que busquen en breve la crónica en http://unasartadementiras.blogspot.com. Aburrrrr.