Dios Proveerá

Eso decían siempre mis dos abuelas cuando algo se apetecía medio imposiblón y el único recurso para enfrentar una situación era una fe ciega e imperturbable en que, de una forma u otra, las cosas se compondrían. Este es uno de esos momentos en los que no me queda más que pensar en que para mañana en la tarde, el mar rojo se habrá abierto. O lo que es casi lo mismo, que habré terminado mi examen práctico de fotografía. Chale.

Y es que desde que me quitaron el yeso, mi tranquilidad se fue al caño y ahora tengo que lidiar con todo lo que no hice en meses, más lo que se acumula cada minuto. Todavía no llevo ni una semana y ya pido esquina: Un examen teórico de fotografía perrísimo, un examen práctico idem y entregar un par de capítulos de tesis. Claro, a eso agregarle las clases de español que doy por las tardes, mi servicio social y las terapias de rehabilitación para las cuales por cierto, no tengo todavía ni hora ni fecha y gracias a las cuales no puedo planear mis horarios decentemente.

Me caga usar el blog como depositario de quejas, pero ps sirve que así asesino dos pájaros de un rocazo: No abandono ese sitio de mis amores y por otro lado, me desahogo y me ahorro lo del terapeuta, que ahorita no está la oquedad para manipulaciones reposteriles, o séase que el horno no está para bollos. Espero que Amira, Walter Mercado, Melusina o Madamme Sassú me deparen algo más favorable para los próximos días, o me estaré jalando de los pelos hasta quedar más pelón que un huevo de Pascua.

Si eres fotógrafo, Dios, Los Reyes Magos, Santa Claus, un Ángel (pero Lucifer no, porque es bien tranza y no paga), un duendecillo cumpledeseos o trabajas en uno de esos talk/reality shows donde de le hacen realidad sus sueños a la gente o cualquier ente que pueda hacerme el paro con ejercicios técnicos de fotografía, por favor ¡toca tres veces y manifiéstate! Bueno, también puedes dejar un comment con datos de contacto, pero es menos espectacular.

Pavelo al borde de un ataque de histeria Dixit.