martes, octubre 31, 2006

Los Mártires del Camino


A los árboles que perecieron en el ecocidio de Camino Verde.

LOS MÁRTIRES DEL CAMINO
Yo no los vi caer.

No vi la sabia savia
formar ante sus pies
rios
cabriolas
y canciones
por sobre todo
canciones.

Tampoco vi sus cadáveres.

Muchos sí los vieron

como capullos verdes
eclosionando y muriendo
todo a un tiempo.

José los vio caer.
Y Raúl.
Y Daniel.

Yo no los vi morir
ni vi sus cadáveres tendidos
como se tiende al sol el lagarto aletargado,
coleccionando mendrugos de calor.

José sí los vio caer.
Cuenta él, que como muchos
los más,
los todos,
no se atrevió a protestar
y se quedó mirando.

José también miró y siguió mirando.

Recogió con devoción sus trozos de recuerdos
de glorias
de miedos
de pasiones colectivas
de miembros hambrientos
de los amantes que se hacen suyos
en secreto.

Yo no los vi caer, no vi sus cuerpos.
No los miré sucumbir,
con honor férreo,
mientras las sierras desgarraban sus pieles
y les prendaban luz de muerte en los cabellos.

Yo les conocí en vida
transpirando verdor,
regalando ocasión para el desliz
ofreciendo guaridas al sudor.

Mienten al borde del pecado más mortal
los que cuentan que no huyeron
por estar ahí enraizados,
con los dedos de los pies
bajo la tierra
ahí amarrados.

Yo no los vi morir,
estoy de acuerdo.
Mas les conocí bien
y fueron siempre ellos
siempre altivos
orgullosos
siempre bellos.

Yo puedo asegurarlo:
Sin una sola lágrima
se fueron nuestros viejos.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

ahahahahahahaha!!! ya los podaron? que pokis! osea y para que?, para hacer una ampliacion como la de cocotitlan que al fin de cuenas lo unico pa que sirve en pa juntar mas trafico ahahahahahahahahahahahaha!!!! no es justo, esos arboles daban vida al camino, al pueblo y al estado.....

Daniel Goel dijo...

Yo he visto el que podaron en mi casa, mas de 25 años de vida. Y sí, chillé como niña cuando sus amigos le ven los calzones ó como cuando sus amiguitos le dicen marica y el dice que no lo és. jajaja.

Y he estado a unos metros de ellos cuando los están talando en el ajusco.
DESGARRADOR!!!

Sir Jabalinot dijo...

Triste pesar me causa el recordar el ecocido en nombre de la construccion de presas en el Usumacinta, pero que puedo decir al respecto. He visto morir al arbol que yo planté con mis propias manos y que cuidé; y lo peor de todo, que conozco a la asesina material con pelos y señales y no puedo hacer mas que conjurar al ataque de las ratas gigantes. Requiem por mis hermanos (recordad que ante todo, soy un Vie). Espero realmente que algun dia volvamos a darnos cuenta que mas que en el juego de la vida nosotros solo somos el borde de una diagonal y no el rey o el que mueve las piezas. Mientras tanto, seguire en mi lucha diaria tratando de salvar a los arboles urbanos.

Alejandro Bejarano dijo...

Mi padre y yo lo plantamos...