Un hombre y una mujer se encuentran y con ello una historia milenaria se hace presente, las leyes de la vida y de la muerte empiezan a entretejer su trama para ue el enigma se plantee lo masculino y lo femenino, la levedad y el peso, el sonido y el silencio, el rojo y el azul, opuestos complementarios que permiten el juego del equilibrio, el regreso del accidente, el peligro de la pérdida y el miedo a la muerte.
Los espíritus no tienen peso surge de la pregunta por el inconsiente, por lo inombrable, por lo oculto que nos maneja como marionetas de un gran teatro, por el arte del actor donde este se atreve a ser carne propia del enigma de la existencia o más, del propio amor...
A la memoria del Mtro. ROGELIO LUÉVANO
Y a la generación 2001 - 2005 de
Casa del Teatro
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